miércoles, 8 de junio de 2011

Mensaje de Nuestro Señor a Edson Glauber

Por una revelación de Dios el año pasado hoy estábamos celebrando la Asunción de San José al cielo. San José me reveló el año pasado que este evento en su vida debía ser conmemorado el siguiente miércoles justo después de la fiesta de la Ascensión de su Hijo Jesús. Hoy apareció la Sagrada Familia. El Niño Jesús que estaba en los brazos de San José fue quien habló. Parecía tener la edad de un niño de año y medio, pero aún hablaba majestuosamente como un Rey. El Niño Dios dijo:

¡La paz esté con todos ustedes!

Hijo mío, difunde la devoción de los tres corazones unidos al mundo. Esta devoción nació de las profundidades de mi Sagrado Corazón y es una fuente inagotable de gracias para la humanidad pecadora.

Esta devoción ha venido a sanar a la humanidad herida y desfalleciente para que pueda ser reenergizada nuevamente a la gracia de Dios.

He venido del cielo con mi Santísima Madre y con mi Virgen Padre José para bendecirte y para decirte que si deseas las bendiciones y la protección del cielo, debes honrar, amar y alabar nuestros Sagrados Corazones unidos y así tus vidas serán iluminadas y envueltas por la luz y la gracia divinas.

El mundo merece un diluvio de castigo, pero a través del Inmaculado Corazón de María y el Corazón Más Casto de San José, mi justicia aún se está deteniendo y eliminando. Intercede, enmienda y ora para obtener la misericordia de mi Corazón para ti y para el mundo.

Aquellos que no son humildes nunca entenderán nuestra santa presencia entre ustedes y nunca lo harán, porque solo aquellos que se empequeñecen y reconocen su nada ante mí, mi Madre y San José tendrán esta gracia para entender los misterios y la presencia de Dios.

Se puede orar y hasta muchas oraciones, pero pocas se hacen con amor y con el corazón, (1) porque las oraciones hechas por corazones llenos de pecados e imperfecciones nunca ascenderán al cielo. Ora, conviértete y cambia tu vida para que tus oraciones tengan valor ante nuestros tres corazones unidos. Te amo y te bendigo: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén!

El Niño Jesús abrió sus brazos y entre su madre derecha y mano izquierda apareció el Escapulario de San José. Mostrándomelo me hizo entender lo importante que es difundir este Escapulario a toda la humanidad, especialmente a los jóvenes. El diablo odia este Escapulario y no desea ver su difusión, pero el Niño Jesús me hizo entender que esta gracia concedida a toda la humanidad, el enemigo nunca podrá impedir que llegue a todas partes, porque el mensaje de los tres Sagrados Corazones y la devoción a San José se está difundiendo rápidamente en muchos lugares del mundo que aún no conozco, pero que pronto conoceré y qué grandes milagros hará para que esta devoción crezca como nunca antes en el mundo para que el Corazón Más Casto de San José sea más amado y honrado junto a su Sagrado Corazón y el Inmaculado Corazón de María.

(1) Aquí entendí que Jesús estaba hablando de imperfecciones refiriéndose a aquellos que no hacen nada para cambiar. Todos nosotros no somos perfectos todavía y al hacer nuestras oraciones puede que no las hagamos bien. Jesús quiere mostrarnos que cuando tratamos de corregirnos, de cambiar nuestras vidas, de seguir los consejos de la Iglesia y de su Madre, escuchándola y poniéndola en práctica es de inmenso valor; a diferencia de aquellos que no hacen el esfuerzo y no tratan de corregir sus errores, pierden tantas gracias y el daño es grande y las heridas espirituales son muchas.

(2) "El verdadero remedio para las heridas de la humanidad, ya sean materiales, como el hambre y las injusticias, o psicológicas y morales causadas por un falso bienestar, es una regla de vida basada en el amor fraternal, y que tiene su fuente en el amor de Dios. Por eso debemos abandonar el camino de la arrogancia, de la violencia utilizada para obtener posiciones de mayor poder, para garantizar el éxito a cualquier costo." (Benedicto XVI)