Mensajes a Edson Glauber en Itapiranga AM, Brasil

 

lunes, 15 de julio de 2013

Mensaje de Nuestro Señor a Edson Glauber en Predore, Italia

 

Sal 147,3: Él cura los corazones atribulados y venda sus heridas.

Jesús me dio esta lectura por la mañana para que la leyera y meditara durante la oración de la noche con los que estuvieran presentes. Él desea sanar nuestros corazones y vendar las heridas de nuestras almas.

¡Mi paz esté con vosotros!

Acoged mi amor en vuestros corazones: amor puro, amor santo, amor que os libera de todo mal y os renueva.

Yo estoy aquí con vosotros. ¡No temáis nada!

Yo soy Aquel que es tu fuerza y tu victoria.

Soy tu mejor amigo y compañero en todas tus necesidades.

Soy el Consuelo Eterno y el aliento de los Ángeles y de los Santos.

¡Yo soy el Todo!

Abrid vuestros corazones: corazones heridos, magullados y llenos de dolor muchas veces, porque poco se ama y poco se perdona.

Corazones temerosos, llenos de tantas preocupaciones; corazones endurecidos cuando no son obedientes a lo que les pido.

Rezad, hijos míos. Aún no habéis comprendido que la oración os une a mi Corazón. Rezad el rosario de Mi Madre, porque esta oración destruye a Satanás y todo el poder del infierno.

Mis Ángeles luchan contra el mal, en estos tiempos difíciles: Las órdenes de Mi Madre acuden en ayuda de mis siervos fieles y obedientes, que saben esperar y velar la venida de su Señor.

No seáis como las vírgenes necias e imprudentes. Sed hijos de la fe que están atentos a las llamadas del cielo en estos tiempos. Esta generación ha recibido y recibe las gracias de mi Corazón como ninguna otra generación lo ha hecho.

Cambiaré todo lo que no venga de Mí y lo transformaré todo en un soplo rápido. Mi Madre con sus apariciones está reuniendo a los que tienen un corazón humilde y sencillo, porque sólo éstos comprenden mis signos y escuchan mi voz. Los orgullosos nunca recibirán mis gracias, pues deben aprender a vaciarse de sí mismos para recibir de las riquezas de mi Corazón. Intercede por el bien de la humanidad. La humanidad está herida y sin vida, pero mi amor es poderoso y puede cambiar el mundo en un verdadero cielo si los hombres me reconocen de verdad y me acogen en sus vidas como a su Señor. ¡Vuelve humanidad! Vuelve y abre tu corazón a tu Señor que tanto te ama. Te bendigo: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Orígenes:

➥ SantuarioDeItapiranga.com.br

➥ Itapiranga0205.blogspot.com

El texto de este sitio web se ha traducido automáticamente. Por favor, disculpa cualquier error y consulta la traducción al inglés.