jueves, 23 de mayo de 2013

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber en Trieste, Italia

¡Paz, mis amados hijos!

Mis hijos, yo, vuestra Madre Celestial, los amo y vengo esta noche para concederles mi amor y mi bendición maternal.

Reciban mis mensajes en sus corazones y sean hijos obedientes que viven la palabra de Dios y que aman al Señor.

No retrocedan en su camino de conversión. Dios los llama a Él, a través de mí. ¡Conviértanse! ¡Conviértanse! ¡Conviértanse! No pierdan el tiempo. Cambien sus vidas, para que no lloren mañana por no haberme escuchado.

Los acojo bajo mi manto y hoy les concedo muchas gracias. Regresen a sus hogares con la paz de Dios. Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

El 24.05.203 - Bertoki (KOPER) - Eslovenia

¡Paz, mis amados hijos!

Mis hijos, yo soy la Madre de Jesús y vuestra Madre Celestial. Gracias por vuestra presencia. Su Madre los bendice y les pide: oren, oren con amor, para que el Señor, mi amado Hijo Jesús Cristo, se conmueva y derrame su misericordia sobre toda la humanidad.

Nunca pierdan la fe y la esperanza. Dios está con ustedes y les da su paz a ustedes y a sus familias.

Los invito a testimoniar su fe a sus hermanos y hermanas llevando el amor y la paz de Dios a todos ellos.

Hijos, oren mucho, porque la oración trae una lluvia de gracias y bendiciones sobre ustedes desde el cielo en este tiempo. Nada se pierde... Dios es su Padre y los ama. Reciban mi amor maternal en sus corazones y mi bendición: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

Nuestra Señora antes de irse también dijo:

Los bendigo a todos y les digo: penitencia, penitencia, penitencia para que muchas familias enfermas decidan seguir el camino de Dios y cambien sus vidas.

Las familias necesitan la paz y el amor de Dios. Muchas familias se están destruyendo en pecado. Hagan penitencia y muchas familias serán sanadas y regresarán a Dios.

Difundan la devoción a San José cada vez más y verán grandes milagros ocurrir en muchas familias y tantos se levantarán de una vida de pecado a la gracia de Dios. Los acojo en mi Inmaculado Corazón. ¡Regresen a sus hogares con la paz de Dios!