domingo, 25 de marzo de 2012

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

¡Paz, mis queridos hijos!

Hoy, estoy aquí para bendecirlos y derramar mi amor sobre ustedes. Me alegra verlos aquí. Siempre vengan a orar por el bien del mundo, mis hijos. Solo Dios puede ayudarlos y concederles su verdadera paz.

Dios está con ustedes. ¡No teman nada! Aquellos que verdaderamente buscan hacer la voluntad de Dios no deben temer nada, pues Él, el Todopoderoso, defiende a todos los que lo obedecen, con el poder de su fuerte brazo.

Gracias por sus oraciones. Sigan intercediendo por la conversión de sus hermanos. Muchos se dejan llevar por las cosas del mundo y se permiten ser destruidos en una vida de pecado.

Si quieren hacer la voluntad de Dios deben abandonar y dejar todo lo que los lleva al pecado. ¡No pequen más! Hagan penitencia y superarán las tentaciones sabiendo que pertenecen a Dios.

Los bendigo a todos: en el nombre del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. ¡Amén!

Hoy la Virgen vino acompañada por San Gabriel y San Miguel. Durante la aparición,

Nuestra Señora habló algunas cosas privadas conmigo sobre el destino del mundo y sobre los secretos. Luego me mostró el cielo. Una gran luz apareció e inmediatamente después vi a Nuestra Señora sentada en un trono muy hermoso en el cielo. Los ángeles y santos estaban a su alrededor cantándole una hermosa canción. Esta visión fue muy hermosa. Desde allí en el cielo Nuestra Señora nos estaba bendiciendo y bendiciendo a todo el mundo. Ella dijo,

¡Lleven la paz de mi Hijo Jesús y mi amor maternal a sus hermanos y hermanas!

¡Cuánto ama la Virgen y cuánto nos quiere bien. Solo entenderemos lo que ella está haciendo por cada uno de nosotros, por nuestra salvación, cuando partamos de este mundo. Nuestra Señora está concediendo al mundo grandes gracias, con su presencia maternal. Estas gracias son preciosas y santas, porque nos ayudan en nuestra santificación y salvación. Acogemos las gracias maternales de Nuestra Señora y no nos arrepentiremos.