martes, 12 de diciembre de 1995

Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz a Edson Glauber

Antes de dormir, Nuestra Señora me dio otro mensaje de conversión. Esta es ya la tercera vez que viene hoy, para rezar con nosotros y bendecirnos:

Rezad, rezad, rezad. ¡La paz de Jesús a todos vosotros!

Mis queridos hijos, vuestra presencia aquí es causa de gran alegría para mí. Gracias por venir, pequeños hijos míos. Rezad más y convertíos. Abrid vuestros corazones a Jesús. Jesús se alegra de veros aquí. Rezad mucho, mis pequeños hijos. Rezad por los pobres pecadores.

Paz a todos vosotros. Mis queridos hijos, el mundo necesita mucha oración. Rezad por los pecadores, porque si los pecadores no se convierten, un gran castigo vendrá del cielo, y ya está cerca.

Rezad, pequeños. Rezad mucho. Dios nuestro Señor también está muy herido con toda la humanidad. Muchos le ofenden con el pecado. Jesús está triste por todos aquellos que están perdidos en el infierno. Rezad, queridos pequeños hijos míos, rezad por los pobres pecadores. Satanás desea destruir sus vidas y quiere poseer a toda su familia.

Pequeños hijos, rezad mucho y especialmente el Santo Rosario. Yo, Nuestra Señora, Reina de la Paz y también la Virgen de Guadalupe, os bendigo. Rezad, mis pequeños hijos, porque muchas gracias se están derramando sobre todos vosotros.

Agradeced a Jesús ahora mismo por todas las gracias que se han derramado sobre todos vosotros aquí presentes. Muchas gracias están cayendo del cielo sobre todos vosotros. Estas son gracias que Jesús os ha dado, por vuestras oraciones y vuestro amor.

Amad la cruz de mi Hijo Jesús. La Cruz es la señal de vuestra liberación y vuestra salvación. Jesús murió por amor a vosotros en la Cruz, así que amad la Santa Cruz, honradla y respetadla. Yo bendigo a todos vosotros aquí presentes, especialmente a los padres, a las madres, a los niños: todos, todas las personas y todas las personas de todo el mundo. Rezad, Mis hijos. Rezad mucho y convertíos. Rezad mucho el santo rosario. Rezad más y haced sacrificios.

Mis pequeños hijos, id siempre a la Santa Misa e id a la confesión. Siempre libérense del pecado. Esto es lo que deseo, mis pequeños hijos. No viváis en pecado y estad limpios para Jesús. Estad limpios para Dios nuestro Señor. Jesús no gusta del pecado, así que libérense del pecado. Estad limpios para Jesús. Dejad que los niños recen el santo rosario y lo recen con amor y con sus corazones. Que los padres enseñen a sus hijos a rezar el santo rosario. Esta ciudad que he elegido es una ciudad querida para mi Inmaculado Corazón. Aquí derramaré muchas gracias. Aquí, si todos escuchan mis súplicas, el Señor obrará grandes maravillas.

Mis pequeños hijos, difundid mis mensajes a todos. No os desaniméis. Seguid adelante en vuestro apostolado. Necesito vuestra ayuda para salvar a los pobres pecadores.

Mis pequeños hijos, rezad y ayunad. Ayunad con pan y agua. El ayuno previene muchos males. Ayunad por la paz del mundo. Como ya os he dicho, la paz está amenazada. ¿No lo entendéis?

Mis pequeños hijos, el mundo necesita una conversión urgente. ¿Por qué aún no me escucháis? ¿Por qué todavía cerráis vuestros corazones? Es tiempo de oración. Es tiempo de conversión. Es tiempo de volver al Señor. Preparaos para recibir al Niño Jesús esta Navidad. Que todos vosotros esta Navidad entreguéis vuestros corazones al Niño Jesús. He aquí a mi Hijo Jesús, mis pequeños hijos. Él ha venido hoy aquí para bendeciros. Él es vuestro Dios. Él es vuestro Dios. Que Jesús os bendiga y os dé Su Paz.

Yo soy la Reina de la Paz y desde aquí en la ciudad de Itapiranga, invito a todos mis hijos a rezar, a convertirse y cambiar sus vidas.

Mis queridos hijos, amad a Jesús con todo vuestro corazón. Esta es mi petición. Os bendigo a todos: en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. ¡Hasta pronto!

Alabad al Señor y dadle gloria.