Jueves, 22 de agosto de 2002

"Soy María de Ágreda. Alabado sea Jesús. He venido a describirte la Coronación de María como Reina del Cielo y de la Tierra."

"A Nuestra Señora se le invitó, a Su llegada al Cielo – Cuerpo y Alma – a sentarse en un magnífico Trono. Ella aceptó solo porque sabía que agradaba a Su amado Hijo. Inmediatamente, miríadas de ángeles se postraron a Sus Pies. La Santísima Trinidad se colocó detrás de Ella, aunque Ellos estaban elevados un poco más alto que María. A María se le otorgó este honor porque el Amor en Su Corazón siempre fue Santo y Perfecto – Ella siendo inmaculadamente concebida."

"Ella obedeció al Padre como una hija obediente. Cuidó a Su Hijo como solo una Madre amorosa podía. Ella fue la humilde y dispuesta esposa del Espíritu Santo. Ahora y siempre, una brillante Luz Celestial forma una Corona sobre la Cabeza de María. La Corona es la recompensa dada a María como Mediadora, Co-Redentora y Abogada."