domingo, 28 de febrero de 2016

Llamada Urgente de Jesús El Buen Pastor a Su Rebaño.

¡Se Acercan Días Fatídicos, Días de Purificación!

Ovejas de mi rebaño, paz a vosotros.

Se acercan días aciagos, días de purificación. Clamad e implorad al Cielo para que podáis soportar estos días de prueba sin perder la fe ni la esperanza. Hijos míos, ovejas de mi rebaño, cuando el lobo haga su aparición, debéis permanecer vigilantes porque los espíritus malignos invadirán las noches. Todos los emisarios del mal se darán a conocer y sus obras se intensificarán. Por sus frutos los conoceréis.

Rebaño mío, mantened la calma y que no cunda el pánico; sellad a los lobos con mi Sangre y cubridlos con mis heridas para que no os hagan daño. No os enzarcéis en disputas ni altercados con los hijos de las tinieblas; en esos días lo que debéis hacer es orar; que la oración sea vuestra compañía y la Armadura Espiritual vuestra protección. Durante todo el tiempo del reinado final del lobo, 1.290 días, vas a tener que luchar espiritualmente con todas las entidades malignas, tanto las de la carne como las del espíritu. Reza en todo momento y no bajes la guardia en la oración, no sea que te lleves sorpresas desagradables. Recordad que serán días de batalla espiritual y que el lobo y sus secuaces intensificarán sus ataques, buscando la forma de hacerme perder el mayor número de mis ovejas.

Rebaño mío, haz bendecir y exorcizar: crucifijos, medallas, imágenes, rosarios y todo lo que puedas tener que nos represente. Llevad siempre con vosotros un crucifijo bendecido o un rosario bendecido; el poder de mi cruz y el poder del rosario de mi madre ahuyentarán a los demonios. Haz réplicas de mi cruz a menor escala y haz que las exorcicen o bendigan, para que las cuelgues en la parte posterior de la puerta principal y en cada puerta de las habitaciones de tu casa.

Ten reservas de agua bendita, sal bendita y óleo santo, porque los vas a necesitar en el combate espiritual para exorcizarte a ti mismo y a tu casa. Te digo esto, porque en esos días todo estará contaminado por las entidades malignas que vagarán por el aire. Bendice y séllalo todo con mi sangre, rompiendo con el poder de mi sangre las maldiciones que los hijos de las tinieblas impondrán en esos días. Las letanías a mi Preciosa Sangre te exorcizarán. El poder de mi Vía Crucis hará retroceder a los demonios y salvará a muchas almas de perderse. Así pues, tened en cuenta estas instrucciones espirituales que os doy, pues os servirán mañana para que permanezcáis en pie en la victoria.

El Rosario de mi Madre, el Rosario de mi Preciosa Sangre, el Rosario de mis Llagas, mi Vía Crucis, la Consagración a mi Preciosa Sangre, el Escudo de mi sangre, dado a mi Enoc, la oración y el exorcismo de nuestro amado Miguel, el poder de mis Ángeles y el Triduo de la Santísima Trinidad son poderosas armas espirituales que os mantendrán protegidos y os darán grandes victorias sobre las fuerzas del mal. No olvides que antes de entrar en la guerra espiritual, debes ponerte tu armadura espiritual, vistiéndola como un soldado que va a la batalla.

Mientras haces la oración de protección, colócatela en el cuerpo de este modo: Yo me pongo el cinturón de la verdad, tú haces como si te pusieras un cinturón, yo me pongo la coraza de justicia, tú haces como si te pusieras una coraza. El escudo de la fe, imagina que te pones un escudo, el yelmo de la salvación, imagina que te pones un yelmo en la cabeza, las sandalias de la paz, imagina que te pones unos zapatos y, por último, imagina que llevas en la cintura la espada del espíritu, que es la palabra de Dios. No olvides fortalecer tu armadura rezando el Salmo 91. Esto debéis hacerlo por la mañana y por la noche. Así pues, estad preparados, rebaño mío, porque los días de la batalla espiritual están a punto de comenzar.

Mi paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca.

Vuestro Maestro, Jesús el Buen Pastor.

Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad.