Mensajes de Jesús Buen Pastor a Enoc, Colombia
jueves, 5 de abril de 2012
Llamada del Santísimo Sacramento a la Humanidad.
¡Ay de vosotros que juzgáis, señaláis, difamáis, condenáis y maltratáis a vuestros hermanos y hermanas, y a mis Ungidos! Os aseguro que, si no os arrepentís de corazón, ¡muy pronto seréis recompensados!

Hijos míos, la paz esté con vosotros.
Me estoy manifestando de diferentes maneras junto con mi Madre, para que esta humanidad atienda nuestro llamado a la conversión y se arrepienta, antes de la llegada del gran y terrible día de mi Padre. El Cosmos sostiene una tensa calma invitando a la reflexión; muy pronto todos los elementos estarán en conmoción y la creación y sus criaturas sentirán los pasos de la justicia divina. Naciones enteras, debido a su rebelión y rechazo contra la misericordia divina, desaparecerán; incluso la última letra de mi palabra se cumplirá, todo lo desconocido se sabrá y la verdad brillará a través. Porque Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. "Yo soy la luz del mundo: el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” (Juan 8, 12).
Hijos míos, haced buen uso de estos últimos días para que podáis hacerme compañía, porque verdaderamente os digo, que por un tiempo no estaré con vosotros, pero en otro tiempo me veréis de nuevo en mi Jerusalén celestial donde os espero y estaré con vosotros y entre vosotros hasta la consumación de los tiempos. Asistid al Santo Sacrificio tanto como podáis para cenar conmigo, y extendéd a vuestra familia y parientes todas las Sagradas Comuniones que recibís, para que vuestra familia permanezca espiritualmente bajo Mi protección.
Os digo de nuevo, entregadme a vuestros parientes rebeldes y a vuestros enemigos, en el sublime momento de la consagración, y Yo vuestro Maestro sanaré los corazones rebeldes, y con el poder del Espíritu Santo romperé todos los poderes del mal. Orad por vuestros enemigos, ayunad y haced penitencia por ellos, y mi Padre que escucha el silencio, liberará estas almas del poder de las tinieblas. Pedid a mi Madre, a mis Ángeles y a mis Almas Benditas, que intercedan con vosotros ante mi Padre, por la salvación de los pecadores dentro de vuestra familia y todo el mundo.
Hijos míos, ¿Por qué os atacáis unos a otros? Me duele y me entristece ver la división entre vosotros; si decís ser de mi rebaño, ¿Entonces por qué no os comportáis como hermanos y hermanas? "No juzguéis, para no ser juzgados, Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados: y con la medida con que medís, os medirán.” (Mt 7. 1, 2.)
No me azotes con el látigo de vuestra lengua, porque bien sabéis que Yo estoy en tu prójimo. Recordad lo que dice mi palabra: "Pero si juzgas la ley, no eres cumplidor de la ley, sino juez. Uno es el legislador y juez, capaz de destruir y de salvar. ¿Quién eres tú para juzgar a tu prójimo?” (Santiago 4. 12).
Pedid a mi Padre que os dé discernimiento y acercaos a mi Tabernáculo en ayuno y en oración, y mi Padre os enviará su Espíritu que os mostrará la verdad. No levantéis juicio contra vuestros hermanos, permitiendo que os superen meros sentimientos y razonamientos mundanos. "Velad y orad, para que no entréis en tentación. El espíritu, en efecto, es pronto, pero la carne es débil.” (Mt 26, 41).
Si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenos dones a vuestros hijos: ¿cuánto más vuestro Padre que está en el cielo, dará cosas buenas a los que se lo pidan?” (Mt 7, 11).
No calumniéis, ni juzguéis a vuestros hermanos; "Id luego y aprended qué significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.” (Mt. 9, 13).
Dejad de calumniaros unos a otros, porque esto no viene de Dios. ¡Ay de vosotros los que juzgáis, señaláis, difamáis, condenáis o maltratáis a vuestros hermanos y a los ungidos! Os aseguro que si no os arrepentís de corazón, muy pronto recibiréis una retribución! Comportaos como el publicano en el templo, humilde y sencillo de corazón, para que podáis ser justificados por mi Padre. Mi paz os doy, mi paz os dejo. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios está cerca. Yo soy vuestro Jesús Santificado. El Amado que no es Amado.
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